- Los ejercicios contribuyen con el buen resultado del tratamiento farmacológico de la artritis, además tienen como finalidad mantener los recorridos normales de las articulaciones, evitar las atrofias y fortalecer la contracción de los músculos.
- Dependiendo del grado de afectación, se indican diversas modalidades de ejercicios físicos, los cuales tienen un significado especial en la recuperación de las estructuras articulares y sus funciones, por encontrarse disminuida la actividad motora en esta enfermedad.
- El dolor en las articulaciones puede hacer que estas se mantengan inmóviles y, por lo tanto, debe evitarse realizar actividades que lo aumenten. Sin embargo, limitar su uso hará que con el tiempo las articulaciones, ligamentos y músculos pierdan flexibilidad, amplitud de movimiento y se debiliten.
- La inactividad física causa más dolor y rigidez, impidiendo que se efectúen las actividades cotidianas. Si las articulaciones no se mueven en toda su amplitud de movimiento, el grupo de ligamentos que se encuentran alrededor de la articulación puede contraerse terminando por limitar completamente el movimiento.
- Hacer ejercicios le ayudará a mantener la movilidad de las articulaciones, reducir el dolor, restaurar y conservar la fuerza y la flexibilidad, protegiendo de un daño adicional.
- El ejercicio también mejora la coordinación, resistencia y capacidad para efectuar tareas cotidianas, como caminar o subir escaleras
- Aumenta la energía para realizar las labores, reduce la fatiga, mejora la calidad del sueño, eleva la autoestima y renueva el sentido del éxito, además de ser una buena forma de divertirse y conocer a otras personas.
En resumen, el ejercicio juega un papel importante en el tratamiento de la artritis y en la lucha contra la discapacidad e invalidez que esta genera. Tenga en cuenta que siempre debe realizarse según la indicación del reumatólogo y fisioterapeuta.