Frutos del bosque como las cerezas, frambuesas, moras y arándanos porque contienen antocianinas o antocianidinas, pigmentos vegetales que cuidan y fortalecen los cartílagos al promover la producción de colágeno y reducir la acción de enzimas que lo degradan. El colágeno es generalmente asociado principalmente a la piel por la cultura popular, pero también es un ingrediente fundamental en la salud de los cartílagos desde la juventud.

Alimentos ricos en vitamina C como la guayaba, naranjas, toronjas, Kiwi, limón y brócoli. La vitamina C tiene múltiples funciones para la salud, además de prevenir el desgaste de los cartílagos y las articulaciones, tiene acción antiinflamatoria y a su vez, promueve la producción de colágeno.

Frutos secos como las almendras, nueces, avellanas y pistachos que además de ser muy saludables y nutritivos, aportan lisina para la regeneración y continuo cuidado de las articulaciones, también reducen el estrés crónico que complican la labor del sistema inmunológico y de reparación de los tejidos, pues la degeneración de los cartílagos rara vez es aislada, siempre hay otros tejidos o funciones que necesitan ser reparadas para que esta sea más eficiente.

Omega 3: Los ácidos grasos Omega 3 son un nutriente esencial para la reparación de cualquier tejido, incluyendo a los cartílagos, ya sea directamente o indirectamente. De forma directa no funciona en el caso de los cartílagos, pero indirectamente sí, porque ayuda a reparar heridas, reducir procesos inflamatorios, permitiendo que cualquier nutriente, incluidas la lisina y la vitamina C, se asimile mejor para cumplir este proceso de reparación del cartílago. Sus principales fuentes son el pescado azul, especialmente el salmón noruego.